Las aguas continentales, los océanos y los mares de África están bajo presión. Con los años, las actividades marítimas tradicionales, como la navegación o la pesca, se han intensificado, mientras han hecho su aparición nuevas actividades como la acuicultura o las energías renovables marinas. Sin embargo, el recrudecimiento de las actividades marítimas se ha producido en un contexto de inseguridad, en el que perviven diversas formas de tráfico ilícito, de degradación del medioambiente marino y de la biodiversidad, por no hablar de los efectos agravados del cambio climático. La acumulación en las últimas décadas de las pérdidas de ingresos directas debidas a las actividades ilegales en el ámbito marítimo africano se estima en centenares de miles de millones de dólares americanos, sin contar las pérdidas en vidas humanas.
La estrategia africana integrada para los mares y océanos de cara al horizonte 2050 (Estrategia AIM 2050) no solo tiene en cuenta el considerable potencial que tiene el ámbito marítimo africano para la creación de riqueza, sino además el hecho de que los Estados miembros de la Unión Africana comparten oportunidades y retos marítimos, y por tanto todos con un un papel importante que desempeñar en la promoción de la voluntad política necesaria para la puesta en marcha de esta estrategia.
La conferencia de Lomé tiene la intención de hacer que el espacio marítimo la principal palanca del desarrollo económico y social de África.
La piratería marítima moderna no presta especial atención a la nacionalidad del navío atacado. Sus acciones violentas se producen en alta mar, al igual que en los puertos, los fondeaderos y a lo largo de las costas. En 2013, se registraron 51 ataques en el golfo de Guinea. Por otro lado, el África occidental es desde hace tiempo un lugar de paso intercontinental, la puerta de entrada de la cocaína procedente de América Latina con destino a Europa. Los desafíos económicos, en materia de seguridad y estrategias que suponen la piratería y el tráfico de estupefacientes son innegables. Se trata de un fenómeno que requiere una respuesta global, que incluya un marco jurídico particular, medios de vigilancia e intervención, así como organismos de coordinación subregionales. Pero solo una África fuerte y unida puede inspirar la coordinación internacional necesaria, basada en los ámbitos de la seguridad y la protección marítima.
El tráfico ilícito amenaza al motor de la actividad económica de un país y perjudica su capacidad de mantener intercambios con el resto del mundo. Es a través del puerto desde donde los productos creados con orgullo por millones de obreros, granjeros, agricultores y empresarios de un país parten hacia un mercado lejano. Y es a partir de este mismo puerto desde donde entran los bienes que utilizarán los habitantes de dicho país. Pero cuando el tráfico ilícito pone en peligro los flujos de dichos bienes, los que se ven afectados son los empleos legítimos. Por tanto, es importante poner en marcha una infraestructura física, social y de seguridad para combatir el tráfico ilícito y responder directamente a la necesidad de creación de empleo que tienen los países de todo el mundo.
La pesca ilegal empobrece las poblaciones pesqueras, destruye los ecosistemas marinos, supone una distorsión de la competencia para los pescadores honrados y debilita las comunidades costeras, sobre todo en África. Se estima que la pesca ilegal hace perder 170, 000 millones de francos CFA en África occidental. África debe por tanto invertir más en la adquisición de equipos eficaces de vigilancia y control, para luchar contra la pesca ilegal.
Este eje pretende crear un programa de certificación de las capturas destinadas a la importación y la exportación de productos pesqueros. Además, en la Cumbre se debatirá sobre cómo utilizar las tecnologías existentes para combatir la pesca ilegal
El buque portacontenedores es el emblema de la globalización de las mercancías y los grandes puertos del planeta rivalizan por captar su tráfico. África espera un fuerte aumento de los intercambios comerciales con el resto del mundo, vinculado directamente a un crecimiento de su clase media. Dicho aumento de la actividad comercial exige puertos modernos que puedan asegurar el intercambio eficaz de carga. ¿Cómo prepara el continente sus infraestructuras portuarias para este aumento de la actividad comercial? ¿Qué innovaciones se prevén y qué métodos de gestión deberán establecerse? ¿Qué papel puede representar el sector digital para permitir a los muelles modernos gestionar mejor los flujos de contenedores?
La manipulación de graneles genera polvo que puede posteriormente contaminar el medioambiente. La transferencia de líquidos puede provocar fugas o vertidos imprevistos. Las emisiones de gases procedentes de la carga puede traducirse en contaminación atmosférica. La mala gestión de los residuos y la pérdida de cargas pueden tener efectos tóxicos sobre los océanos. La pesca contribuye de forma vital a la seguridad alimentaria y nutricional de más de 200 millones de africanos y reporta beneficios a más de diez millones de pescadores. La manipulación de cargas provoca generalmente efectos que pueden tener muy malas consecuencias sobre el medioambiente. Por ello, es importante desarrollar el ecoconcepto marítimo que se anticipe a los efectos de las infraestructuras y los integre en los ecosistemas. ¿Cuáles son las mejores prácticas internacionales para asegurar la conservación de la biodiversidad en el marco de un programa de ordenamiento a largo plazo? ¿Qué medidas podemos poner en marcha a fin de medir la calidad ecológica de los espacios portuarios?